lunes, 9 de septiembre de 2013

El Viajero, los langostinos, el servicio, el mobiliario.......


El Viajero, propenso a los langostinos integrales.

 

El Viajero, restaurante de tapas a 1€ en la barra, situado en el Paseo Marítimo de Cádiz y que anteriormente se llamó La Leyenda y previamente fue un chino TresDelicias, no viaja nada y permanece estático. Y es que se ceban en maltratar al cliente como parte de la carta, y me explico más extensamente para que tu, lector de mente ágil, lo asimiles de un solo vistazo.

¡Vamos a ello!.

Sentada (sustantivo, que no participio, algo así como una "quedada" pero de culo) en una de las mesitas que tiene colocadas en el trozo de carretera correspondiente al posible aparcamiento de automóviles y que el gracioso consistorio del CádizSí alquila a los hosteleros. Unas cervezas de botellín y tres platitos sin pretensiones de pronta elaboración. Entre ellos, unos langostinos en tempura. Ahora es cuando comienzan a seducirme: Los langostinos con tempura, que se define como "Plato japonés que consiste en pescados o vegetales rebozados y fritos" nos los sirvieron completitos, con su cascarita y todo, ¡Dejemos bien clarito que estamos en crisis!. Evidentemente los dejamos, pedimos cuenta y preguntamos a la chica que nos sirvió si esto era la norma, y he aquí que SÍ...............el cocinero los hace así. Pagamos, nos vamos y me llevo toda la noche con el coco en marcha y dándole vueltas al circuito de: ¿A quién se le ocurre rebozar con crujiente un langostino y dejarle la cáscara para que a continuación se deba escupir sobre el plato, el suelo o la tarima inclinada de madera?. ALoMejón (Zaplana dixit) es que hay que pelarlos y con la tempura es más fácil o más mono...¡Vete a saber!.

Otro día del mismo agosto.

Escenario:

Mesa reservada para 10 personas adultas y tamaño con pretensiones. Sillas variadas como  los postres. Presuntos comensales toman asiento y de los diez, nueve se levantan por qué se caen de las sillas ¡por los dos lados el mismo tiempo!, entre ellos yo, al que le ha tocado una silla modelito tanga y en la que me encuentro como en el sillín de una Orbea con frenos Shimanos güenos.

" Disculpe. ¿Podríamos cambiar las sillas?".

¡Offúú! y me parece que no se puede. No tenemos otras.

Y dado que en esta terraza solo estamos nosotros, ¿No sería posible cambiarlas por las de esta mesa que aún no está ocupada?

Pues no.

Pues hablaré con alguien de detrás de la barra, por si él o ella, también se empeñan en echarnos desde ya.

Ella: es que las otras sillas, más cómodas, no caben en esa mesa.

Argumento suficiente como para que hasta un concejal del ayto. de Cádiz, pueda responder dentro de sus limitaciones neuronales con un..........Pos cámbianos de mesa.

Ella, con carita como "metía pa dentro": Ahora las cambiamos.

Nos sentamos, pedimos, nos atienden como a pedales y cuando aparece uno vestido de negro y con apariencia de llevar galones, uno de los nuestros le pregunta que como vienen los langostinos con tempura. El contesta cortésmente:

Se sirven con la cabeza y el cuerpo pelado.

Le responden con lo ocurrido y se menciona la respuesta contraria de la chica de servicio.

El cocinero se equivocó. Debe servirse con cabeza y cuerpo pelado.

Primer sábado de septiembre. De nuevo diez comensales, todos sentados y dispuestos a pedir a las mismísimas 22 horas 10 minutos. Nos atienden en la comanda a las 2240  (Comenzamos bien). Me pido los famosos langostinos en tempura, por ver qué está equivocado en el Viajero, si la mochila o las botas. Me los traen a las 2320 horas, prácticamente lo que se tarda en fumar medio paquete de tabaco y he aquí, nuevamente, los langostinos en tempura con cáscara incluida...........¡Nos ladran Sancho, señal de que avanzamos!.

Salimos recién se terminó el último plato (Uno para cada cual y tres entrantes, sin más) a las 0015, dos horas después de mal sentarnos, y me entero, pues no llegué el primero precisamente, que nada más arribar el primer grupo de comensales y sin mediar palabra, advirtieron que de mover las sillas nada, de nada. ¡Pa comérselos!.

Y ahora de penitencia previa, te vas al Viajero y te flagelas con los langostinos, el servicio y la cocina. Podrás pecar durante un año como poco.
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